Al día siguiente, y tras una cena y desayuno espectacular que se marcó nuestro cocinero tanzano, salimos bien temprano para el Gorongoro. Desde que cruzamos la entrada del parque nos encontramos con una niebla densa, de esas que encuentras en Almansa en invierno cuando vuelves de la costa, tan tan densa que no te deja ver ni el arcén.
Íbamos dudando de si veríamos algo con el día así cuando comenzamos a bajar hacia dentro del cráter y lo vimos todo bien clarito. Paisajisticamente es impresionante, puede ser uno de los cráteres de mayor tamaño del mundo(si no el más grande) y dentro alberga montañas y lagos salados. El paisaje pasa a ser casi lunar, sin apenas árboles y la hierba medio-alta amarillenta, lo que nos enseñan siempre como sabana.
Aquí pudimos ver a los grandes carnívoros y herbívoros, así como una buena muestra del humanus depredator, capaz de agruparse en 20 coches alrededor de dos únicas leonas. Nos quedamos sin ver el leopardo y el rinoceronte, pero a cambio vimos cebras, búfalos, ñus, leonas durmiendo, leonas y crías encontrándose, diversidad de aves, hipopótamos...y el gran rey león, bien pringadito de barro. El avistamiento de ejemplares se hacía menos frecuente, pero merecía perder la vista en el paisaje y las nubes, tan bajas que parecía que con solo saltar podías cogerlas.
IMPRESIONANTE, esa fue la única palabra que logré decir todo el fin de semana. Un pequeño resumen fotográfico: https://picasaweb.google.com/100160468554735670253/Tanzania2011SafariPorGorongoro#slideshow/5648532737805730802
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